jueves, 28 de julio de 2011

Sho-Hai - Doble vida (Review)

Ya han pasado más de 20 años desde que Hate se hizo un hueco en el Rap con R de Rumba y Juez, conocidos como Bufank. Sonando desde los 90, la primera maqueta llega en el 96, en la que encontramos el sonido de Rumba y Juez más el alcohol y otras historias de Hate, además del clásico "La historia interminable" con Kase.o y Lírico. Las colaboraciones entre ellos eran habituales (Bufank, Gangsta Squad (Brutal y Lírico) y Kase.o) hasta que deciden poner fin a sus respectivos trabajos y formar uno de los grupos de Rap más conocidos de España: Violadores del Verso (R de Rumba, Kase.o, Hate y Lírico). Volviendo a la actualidad, 15 años después y un sinfín de éxitos a la espalda, deciden "separarse" para trabajar en solitario. El primero de ellos ha sido Hate con "Doble vida", se espera que el siguiente en hacerlo sea Lírico y más tarde Kase.o, pero antes llegará un trabajo de estudio con Jazz Magnetism.

"Doble vida" comienza con un diálogo extraído de la película "Drunken Master" a modo de presentación. Tras un redoble de bombos, R de Rumba en los platos hace una rápida reseña de Sergio Rodríguez, la doble vida ("siempre más persona que artista, perdona que te diga") y el grupo maño (desde el 96, Rap Solo, Doble V). Sho-Hai "entra" de forma directa, dejando las cosas claras: en esto no se vive de la imagen, sino del sonido; su amor por la cerveza; ser el subcampeón no vale nada; al artista se le juzga por lo que se ve fuera y los conciertos no son para hacer amistades con ellos; por último, para calmar a las masas, resalta que "Yo, de Violadores del Verso, hasta que me muera". Queda bastante claro que viene con ganas desde el principio, porque ya son muchos años escuchando sus letras cargadas de crítica, frases lapidarias, negras, ácidas, cómicas, ingeniosas, fluyendo con naturalidad y sin limitar sus palabras. "Doble vida" contiene una temática rica, variada y sólida: crítica, vivencias, humor, soledad, pesimismo, reflexiones, viajes, alcohol y trayectoria.


Después de una corta pero firme declaración de intenciones, tenemos "De Paso" y "Para ser un Rapper": dos temas de tendencia similar pero diferentes en el concepto. El primero es un corte contra la sociedad actual, puyas acerca de los elementos del Hip-Hop con un tono burlesco y mucho vacile de por medio como nos tiene acostumbrados el Gran Mago Beodo, sobre un ritmo muy funk, con punteos de guitarra y un bajo turnándose para dar forma a unos bombos y cajas novedosos, con trompetas que dan cuerpo al estribillo. En cambio, el segundo es la otra cara de la moneda, una visión personal del Rap más seria y tajante, con dos notas en la guitarra, un bajo en constante tensión y unos bombos sencillos. Rozando la acapela en ocasiones, Sho-Hai se siente muy a gusto en un entorno perfecto para tratar el estado del panorama.

Avanzando un poco más está "Hodio" con Xhelazz. Si en 2007 declaraban su "Hamor" en el LP de Mario Celiméndiz ("El soñador Elegido"), ahora en un beat chirriante, estremecedor y pesado de Grossomodo se dejan de florituras con golpes directos a donde más duele, con una ración de "punchlines" contagiadas por el odio que llevan dentro. La culminación de lo que sería la parte "dura, fuerte y hardcore" del disco, se cierra con la última nota de Sho-Hai en su "Infierno" personal, sobre una instrumental de Xhelazz con la "muerte" como eje central en un pasaje oscuro de situaciones negativas que abren el debate sobre la existencia. Dicho esto, podemos dar por vistas las cartas más altas del Rey de las Cantinas, pero todavía queda mucho por escuchar. La espera para la siguiente mano está amenizada por un interludio que lleva el nombre de "Sho-Hai", con Hazhe como productor de un corte clásico con un bajo que eclipsa la acción por momentos y la compañía de Abmur Laineg en los scratches. Sergio domina este ambiente tan groove con mucha soltura mientras da un repaso a su lista interminable de "a.k.a.".


El Heavy del Rap también destaca por historias muy sencillas en cuanto a temática pero con un elaborado lujo de detalles. En "Gracias y desgracias de una farola" se convierte en uno de esos tantos focos de luz que iluminan la ciudad, para contarnos como es el día a día y qué pros y contras tiene esta vida; para esta ocasión Rumba Rubén enseña una melodía muy protagonista y un bajo vagando libre de fondo para darle el toque final a un boombap que recuerda a lo mejor de Bufank. El otro tema que contiene la misma esencia nos traslada a una isla paradisíaca con Sho-Hai preguntándose qué podría hacer sin "...Ella"; el funk no tarda en inundar nuestro cuello con el Científico del Ruido a los mandos de un bajo mucho más pesado de lo normal, voces femeninas, otra melodía aguda y efectos de sonido por detrás que despistan y dan que pensar... ¿hielos, brindis, copas? todo esto se resuelve con la última frase: "Esto es una historia de amor a una botella, ¿o qué te pensabas?". Una vez más, Sho-Hai vacila jugando con la figura de una mujer. Esa es una de las cosas que describen a Yuen Shiao Tien, su inseparable relación con la botella, la cual reafirma con un manifiesto dedicado a la cerveza en "Solo son birras", con la inesperada aparición del autor homenajeado (Xhelazz, "Solo son Vidas") en el estribillo de un ritmo de Big Hozone que parece hecho para completar el tributo. Para finalizar, "Cuando voy" es un diario que contiene los hábitos y rutinas de tantos años de gira y conciertos hasta el más mínimo detalle, respaldado por una instrumental cálida que se amolda perfectamente al viaje.

El último acto de "Doble vida" es un terreno más personal. "Océano" sorprende con un compás más dinámico y un Sho-Hai que fluye a más revoluciones con versos ahogados en sinceridad, preocupación y recuerdos de un navío antes del naufragio. El contraste está en "Miss Misserias", música más positiva en la instrumental, tratando situaciones que desequilibran la balanza en la actualidad, recuperando el ánimo con el estribillo. Más adelante, las palabras siguen siendo confortables con "Nada y Todo", el más amistoso que tiene el disco, dividido en una coproducción de R de Rumba y Xhelazz, con frases cómicas y de buen rollo para cerrar el telón... o no, porque muchos han sido los rumores que empezaron a correr por la supuesta "separación" cuando anunciaron su camino en solitario, por eso es necesario hablar de "La Cúpula" al final, para confirmar que Violadores del verso son el techo del Rap. Kase.o entra con un flow hasta ahora desconocido, sin dar respiro a la instrumental, Lírico mantiene su estilo y fluidez clásica y Sho-Hai reivindica que este equipo maño está en lo más alto de España. La producción escogida por R de Rumba es muy pesada y alocada para disipar las dudas.


Mención aparte merece el artífice del 85% de la música de "Doble vida": R de Rumba. El nivel de la producción sube si la comparamos con el último LP del grupo, "Vivir para contarlo", aunque no es lo mismo trabajar para tres MC's con sus gustos personales buscando el ritmo que agrade a todos, que dar sonido a un único artista, y más si hablamos de Sho-Hai, al que conoce muy bien. El trabajo global es muy satisfactorio, y sumando que la dupla de Bufank vuelve a nuestros oídos, es una delicia nostálgica. Me atrevería a decir sin riesgo a equivocarme, que estamos ante su mejor producción hasta la fecha.

La valoración para este disco es "R.A.P.". Esto es una pincelada más de la extensa trayectoria de Violadores del Verso, pero esta vez desde el punto de vista de uno de sus integrantes, manteniendo cuerpo y alma intactos, mejorando el sonido, fieles a una filosofía sin dar síntomas de encasillamiento, sino de grandeza, actitud, decisión y consistencia. A la espera de ver qué ofrecerán Lírico y Kase.o, de momento Sho-Hai ha puesto el listón muy alto.

Sho-Hai - Doble Vida (Spotify)

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